02 enero 2013

San Silvestre Vallecana 2012

Cerrando el año y pensando en el próximo

El día que vas a buscar el dorsal para la San Silvestre, te das cuenta de que de repente, se te ha acabado el año. Aún no es así, y quedan todavía días para apurar las últimas horas del año que se nos va entre los dedos, pero uno es consciente de que todo lo que se había propuesto para este año debería haberlo completado o lo dejará, de nuevo y como costumbre, para el siguiente.

Después de la carrera de cercedilla, y por las experiencias de años anteriores, en las que intentaba hacer tiempos y comparar esta carrera con otras de 10 km (Cayendo en grandes fracasos, todo hay que decirlo), uno ya es consciente de que este día hay que tomárselo de otra forma. Este año, para empezar, fui a correr acompañado. Hacía bastantes años que en la San Silvestre iba por libre, y este año mi mujer ha vuelto a acompañarme, con lo que de paso, hemos contribuido a subir el número de corredoras que han participado en esta edición.

La marca acreditada nos permitía salir en la primera oleada (Aunque en los últimos puestos para no hacer que Miriam se sintiese angustiada por los empujones y un ritmo elevado). Este año la previa ha estado marcada por los DJs que han estado pinchando desde lo alto del arco de salida. La verdad es que a mí no me ha hecho especial gracia: Siguen haciendo un gran número de entrevistas antes de la carrera que no interesan a nadie (Y se oyen mal :(
Cuando quisieron empezar a poner música, a penas tuvieron unos minutos y, como ya he dicho, la selección no era muy allá.

Con 8 minutos de retraso salimos para subir Concha Espina. Impresionante el arco de salida haciendo un túnel de televisores. Los primeros kilómetros son de bajada y la cantidad de gente hace que sea agobiante. Miriam y yo además vamos a un ritmo bajo para los que tiene la gente alrededor (Luego comprobé que era de 06:30) y el primer tramo de Serrano la calle se estrecha de forma que se producen montoneras (Además de los primeros impacientes que tratan de adelantar por donde no hay sitio).
Salida de la marea ¿Naranja?
Lo bueno de ir a un ritmo inusualmente bajo para lo que estás acostumbrado es que tienes mucho tiempo para ver la carrera desde otra perspectiva. Es más, parece que en realidad no estás corriendo, sino que estás viéndola desde una cámara metida en la carrera: Ves tiendas nuevas, edificios que han terminado de construir, corredores que van por encima de su ritmo (De estos muchos), corredores disfrazados, gente con ganas de fiesta...

Como ya sucedió el año pasado, me llamó mucho la atención la cantidad de gente que anima en Serrano. En otras ediciones recuerdo que apenas había en este tramo más gente que las dependientas de las tiendas que salían a la puerta a animar.

En la Puerta de Alcalá, después de 4 km y con ciertos dolores en las rodillas, Miriam se retira para volver a casa y me deja libre. Hasta entonces, además de ir descansado, hemos marcado los 2,5 km en 16:48 (vs 12:25 del año anterior). Ahora ya puedo empezar a tirar.
Muy acertada la camiseta para las chicas. Me encantó aunque quede un poco "eléctrica"
Comienzo a ampliar zancada en la última cuesta abajo, camino de Cibeles. En esta zona se nota mucho turista dando un paseo por el centro de Madrid, que miran extrañados a toda la fauna que pasa vestidos de naranja. En el paseo del Prado tengo un control que siempre es intuitivo, 5 km en 31:10 (vs 23:48 del año anterior). Esta claro que este año va a ser una carrera para disfrutar.

En la subida a Atocha empiezo a notar que voy muy bien de piernas, con una zancada larga que hace que adelante posiciones constantemente. El hecho de estar por avenidas amplias también ayuda, porque la carrera ya se ha estirado y hace que cada uno encuentre su ritmo.

Entre los kilómetros 6 y 8 normalmente llevaba un ritmo más cómodo, más trotón. Este año, como estaba descansado decido tirar y seguir adelantando posiciones: Niños, grupos de amigos charlando, submarinistas que iban cantando villancicos... No se como voy de pulsaciones porque me he dejado el pulsómetro en casa, pero me siento bien y después en Vallecas ya veremos.

Kilómetro 8 y nos han puesto otro DJ cañero. Suena I can't get no satisfaction en una remezcla que consigue que la gente se ponga las pilas antes de afrontar Avenida de la Albufera. No tengo ya muchas referencias de cómo voy, no me he fijado en cómo he hecho el pase del 7,5 (Se me da mejor calcular los múltiplos de 5, la verdad).

Avenida de la Albufera supone el filtro de siempre: Los que podemos seguimos corriendo intentando no perder ritmo, los más deciden disminuir la marcha y los menos comienzan a andar para concluir la carrera. En la Albufera se gana mucha confianza, porque se adelanta a gente constantemente. Esto, para los que solemos hacer carreras, es algo raro y que no se da mucho: si el resto se para, lo normal es que tú también lo estés. Pero aquí se ve que no.

El giro para entrar en Vallecas, sin embargo, marca el final de lo bueno: Otra vez no hay espacio. Tomas unos metros para recuperar y cuando ya vuelves a sentir que estás en un ritmo bajo... no hay hueco para adelantar (Con el agravante de que en esta calle no quitan los coches aparcados y congestiona más el paso). Pues así se va a quedar. Miradita al reloj: Va a estar complicado bajar de 55'. Da igual, otro año será.

Llegada a meta, no os paréis, seguid avanzando. Son las frases que el finisher de la San Silvestre tiene grabadas en la cabeza. Sólo queda volver a casa a celebrar que el año ha terminado (No tuve problemas con el metro como estaba anunciado, en mi caso lo cogí sin problemas) y desear que 2013 sea por lo menos, mejor.

Feliz año a todos los lectores de este blog.