31 mayo 2011

Velando armas para la Triathlón Series by Polar

Aunque el calendario ya marca que Mayo ha pasado y que estamos cerca del verano, lo cierto es que la meteorología se ha propuesto demostrar aquello de que hasta el 40 de mayo, vamos a tener que estar pendientes de los cielos. La verdad es que estas tormentas espectaculares que están cayendo estos días no dejan de ser un fastidio para todos aquellos que les coge desprevenidos, o que van en moto, o que esperaban ahorrarse los rayos uva para coger el primer golpe de moreno en la piel… Pero cuando te pillan tranquilamente en la terraza de casa, mientras te dedicas a leer, la verdad es que tienen un efecto de lo más relajante: Discos de relajación que ponen en los SPA, en vivo y en directo. Nunca un equipo Dolby 5.0 sonará igual de real.


Desde Zaragoza he descargado el planning de competiciones. No es que esté vagueando ni que no tenga ganas de competir: Simple y llanamente tengo muchas cosas que hacer y no todo es ponerse a correr detrás de un dorsal. El caso es que durante estos fines de semana me ha dado tiempo a viajar, hacer una salida ciclista desde Guadarrama hasta Segovia, asistir al Gran Premio de España en Montmeló… un no parar.


Plantear estas actividades está muy bien porque, aunque no supongan un ejercicio o una actividad física (Si, lo de Guadarrama-Segovia se puede calificar de eso, estoy hablando en general como los tertulianos matutinos), si que distraen la mente, hacen sentirte bien y quizá eso sea más importante entrenarlo que a las piernas.


No es que me esté justificando por hacer eso, pero creo que es importante que, de igual manera que el cuerpo lo pones en forma y lo preparas durante el invierno para afrontar las competiciones de verano, la cabeza hay que tenerla preparada y darla el descanso que necesita.


Todo esto viene porque ya tengo en vista el próximo reto, y además será mi primera triatlón en la que participaré. La verdad es que es curioso cómo van cayendo marcas este año: Primer duatlon cross, primer duatlón cross campeonato regional, primera carrera de montaña, primer 10.000 mts por debajo de 52 minutos, primera media maratón por debajo de 2 horas… suma y sigue. Como decía, la primera triatlón la tengo en un par de semanas, tanto en la versión individual como en la de relevos, ambas en la modalidad sprint; y ya me he buscado a alguien, más o menos de mi nivel y, más o menos, con mi experiencia que ha participado el fin de semana pasado en su primera triatlón y he estado preguntándole para saber qué esperar.


Es muy curioso, porque en ningún momento me habló sobre la dureza de la prueba, problemas mecánicos con la bici, el nadar en las aguas del lago de la casa de campo (Que dará para escribir un libro)…. No, sólo me hablaba de cómo la cabeza no le iba. Él, que es un triatleta ya y que lo era en potencia, que había pasado por medias maratones, diezmiles, duatlones… que tiene una forma física decente, en definitiva, me comentó que el único problema que tuvo fue… de cabeza.


“Interesante” – le dije – “Cuéntame más”


Según él, la prueba empezó de manera muy tranquila (En estas competiciones las salidas se dan por equipos y no sale todo el mundo a la vez). En natación es un tío duro de pelar, sobre todo porque aunque quizá le falla la técnica, lo suple con un braceo muy potente que le hace medirse con los grandes: Iba bien arropado por el resto del equipo (En la prueba tiene que ir todo el equipo junto, ya que cuenta el tiempo del cuarto participante en llegar a meta).


La salida del agua y T1 se le pasó muy rápido y a partir de entonces comienzan el recorrido de 20 km de bicicleta. Este tramo, gracias a que la bicicleta permite recuperar ya que las pulsaciones bajan bastante, lo comenzó bastante bien. Además, al ir en grupo e ir dándose relevos, uno entra con ganas en la formación y los kilómetros van pasando sin problemas. El equipo de Tritón del Pardo iba mejorando posiciones. Nada podía irles mejor.


El problema llegó una vez comenzó el tramo corriendo. “A partir de ahí” - me comentaba – “ya nada parece ir, tienes fuerzas todavía en el cuerpo, pero es como si no tuvieras ganas: No pensaba más que en los 5 km que tenía por delante”. Esto si que es interesante: Un atleta que en una salida de entrenamiento cualquiera dobla esa distancia, que admite que no le fallaban las piernas ni estaba sin aire, y al cual no le faltaban ánimos de los compañeros. Lo único que le tiraba atrás era darle vueltas a la cabeza.


Yo este punto es lo que más me da que pensar últimamente. Durante todo el recorrido tienes tiempo de pensar mucho, de darle vueltas a lo que has hecho, lo que tienes que hacer y, lo que es peor, a darle vueltas a por qué lo has hecho y por qué lo estás haciendo. Por eso considero que es bueno ir descansado mentalmente, no someterse a una tensión continua, tener espacios para la distracción, para el ocio; y también reposar todo el entrenamiento que has hecho, ser consciente de que el último mes se han doblado entrenamiento, de las competiciones en las que no podías más y has seguido adelante, convencerse de que el primero es un campeón pero el último es un héroe… todos estos pensamientos son los que hay que llevar listos para acudir a ellos a la mínima de cambio.


Por cierto, por mucho que sufriera, el equipo de Tritón del Pardo acabó en una plaza más que destacada, con lo que se confirma que este invierno el equipo ha entrenado mucho y bien. Esperemos que la temporada de triatlones que ahora comienza se de bien y que se consigan los objetivos que nos hemos fijado.

10 mayo 2011

Media maratón de Zaragoza

El sábado, mientras el AVE iba recorriendo los últimos kilómetros hasta la estación de Zaragoza, el cielo descargaba una lluvia fuerte y constante que no hacía presagiar nada bueno al día siguiente. Tras llegar a la casa de Joaquín, que me la prestó como base de operaciones, me acerqué hasta la sede central de la CAI donde repartían los dorsales y chips.

Al llegar allí, ya empecé a notar las diferencias entre las carreras populares de Madrid y las de fuera: No había grandes colas ni grandes aglomeraciones. Un grupo de voluntarios te explicaban perfectamente la forma de comprobar tu dorsal, dirigirte a la mesa de los chips... El único problema fue que por aquello de llegar de los últimos, me tuve que conformar con una talla M de camiseta (holgada eso sí, más L que M) que me iba a permitir marcar más de lo que hubiera querido al día siguiente mis vergüenzas. Otra diferencia con las carreras madrileñas es que la camiseta era técnica y de calidad (K-Swiss) y además con un diseño bastante aceptable.

Ya a media tarde dejó de llover, así que aproveché para dar un paseo por Zaragoza y conocerlo algo mejor. De esta forma también solté piernas para el día siguiente. Una cena temprana a base de pasta fresca y una sesión de cine, Thor (para comentar en otro momento), ocuparon el resto de la tarde.

Mala noche por aquello de extrañar la cama y por la claridad que entraba por una puerta que dejé abierta. En realidad, lo que tenía eran los típicos nervios de la noche anterior: me había ido a la cama convencido de que me iba a quedar dormido y me perdería la salida , con lo que 2 horas antes de lo previsto estaba ya sin poder pegar ojo y viendo esos magníficos programas en los que te tratan de vender una almohadilla que te soluciona todos los problemas de la pintura del coche.

A pesar de que había amanecido el día con niebla, a medida que el sol calentaba, iba deshaciéndola poco a poco. Había llevado mallas piratas y las medias de compresión, y antes de empezar a vestirme tenía claro que no era el vestuario más adecuado para ese día. Tenía pinta de que iba a hacer calor, y bastante.

Con 20 minutos de adelanto, y tras pasar por el polideportivo para dejar el cortavientos con un par de euros (Por aquello del volver en autobus y no hacer más kilómetros de los necesarios), una visita al servicio para evitar problemas en la carrera y un par de carreritas para estirar y ver el ambiente que había, decidí irme poniendo en la referencia de las dos horas. Mientras iba para allí, pensando que iba a estar solo, me encontré de casualidad un tritón (Antonio) que estaba lesionado y que había ido a animar y a acompañar a unos amigos. Esto obviamente, es otra de las diferencias con correr en Madrid, porque ni quedando a propósito en un sitio te encuentras (Esos corredores en el paseo del Retiro con cara de cachorro extraviado buscando entre la multitud...).

Ya en la salida se notaban más diferencias. 2300 inscritos frente a pruebas como Madrid en la que no se baja de los 20.000. Esto hace que en toda la prueba no haya problemas para ir con el ritmo que uno desee porque se puede adelantar perfectamente, no hay ni aglomeraciones en los avituallamientos.

El recorrido son dos vueltas a un circuito que es bastante llano (El GPS no ha funcionado, así que pongo una foto oficial), y está dividido en dos partes principales: Una que discurre por el casco viejo de Zaragoza, la Avenida Constitución y la plaza de la Seo, en la que hay bastante público en general y luego otra en el otro margen del río, Pº de la Ribera, y la Av Cesareo Alierta en las que no se deja ver el público (Cosa del sol) y que se hace bastante aburridilla.

Recorrido2010.gif


Como os decía antes, me coloqué cerca del globo de 2:00, intentando que esta me sirviera de referencia para conseguir el objetivo que se me había escapado en Madrid. Los primeros kilómetros, como siempre suele pasar, la gente va bastante confiada, se habla, se charla. Hay conversaciones que te hacen sonreir, como la del maño (lo digo por el acento que tenía) que intentaba pegar hebra con una inglesa comentándola how beautiful Zaragoza is... con un acento terrible y encima con graves dificultades para mantener el ritmo a su lado, sin duda porque la inglesa estaba mejor preparada, no porque quisiera huir de él,... o sí?

La vuelta al Pº de la Independencia nos quita el letargo que había en el grupo después de los primeros 5 km. Vuelve a sonar la música, los laterales se van llenando de cada vez más gente y las calles se hacen más bonitas a medida que nos vamos acercando al río.

Tras pasar la Seo, entramos en un tramo largo al lado del río (Av. Alcalde Caballero) que en esta primera vuelta se hace soportable por la brisa del río. Otra cosa es la orilla de enfrente, en la que el sol ya se deja sentir y me empiezo a dar cuenta que va a haber que coger una botella en el avituallamiento siguiente. No es cosa de acabar deshidratado.

El cruce por el puente del Pilar nos ofrece una postal muy hermosa del casco antiguo de Zaragoza, con la Catedral y las iglesias principales en el horizonte. Casi sin darnos cuenta, ya llevamos 10 kilómetros en las piernas. Casi sin darme cuenta he cazado al globo del 1:55. Miro atrás y no veo el globo de las 2 horas (Luego me di cuenta de que el corredor lo había perdido :( . Me vengo arriba y aprovecho el tramo de bajada por Constitución para marcar una zancada larga y segura.


La siguiente bajada al río va marcando ya las diferencias. Se empieza a quedar gente por el camino. Me acerco a animar a un chaval bastante joven para que no se pare, consigo que se ponga en marcha y además se me empieza a escapar :S Menos mal que compito contra mí mismo, que si no, vaya papelón!


Discurrir al lado del río ya no es tan agradable como en la vuelta anterior. Ahora si que pega Lorenzo. Voy un rato al lado de un par de militares (O al menos con camisetas militares) con acento andaluz que se van quejando del calor. Bueno, pues si ellos se quejaban, yo tenía más motivos con todo lo que llevaba encima y además las rozaduras de los piratas que eran nuevos (Error tonto de novato, pero llevo mi penitencia todavía hoy). Al cruzar el río y hacer la otra orilla vuelven los mismos problemas que en Madrid: dolores de piernas en el kilómetro 16.


Esto me pega un golpe en el coco bastante fuerte, durante los últimos kilómetros se me había alejado el globo del 1:55 pero lo mantenía a la vista. A partir de aquí empiezo a verlo cada vez más lejos. Parece una tontería, pero el hecho de pensar que en Madrid, con todas las cuestas que hay, iba en las mismas condiciones que hoy, me desanimó completamente.


A pesar de tener las molestias en las piernas, seguí corriendo sin detenerme, por aquello de que ese también sería un objetivo alcanzado.Al girar en el puente del Pilar busqué el globo de 2:00. Ni rastro de él. Estoy convencido de que no me ha pasado, pero tampoco debería estar muy lejos.


Después de un tramo dándole vueltas al tema decido que estoy haciendo el tonto, tengo el cronómetro y se en todo momento mi ritmo, tengo que centrarme y seguir buscando mi objetivo inicial, bajar de dos horas.


Tras el último avituallamiento se tiene que subir hasta el Pº de la Independencia donde está la meta. A medida que voy pasando metros va saliendo más gente a animar, te animan por tu nombre (Lo llevas en el dorsal, lo cual nunca lo había visto y me parece muy buena idea) con lo que me obligan a sacar los últimos chispazos de las piernas. Al entrar en el Pº de la Independencia noto que se me acerca otro corredor, aprovecho para acelerarle el paso: quizá me ganes, pero no me voy a rendir tan fácil, que todavía estoy en tiempo.


Tras unos metros acelerando, el corredor se me vuelve a poner en paralelo, está claro que quiere jugar el sprint. Sea, nos ponemos a correr braceando para ganar inercia (No he visto el video pero tenemos que estar para reírse). Últimos metros, las piernas siguen sufriendo, al final marcamos el mismo tiempo. Nos felicitamos a la llegada y busco el cronómetro.


Tiempo bruto 2:00:20. Tiempo neto desde la salida 1:59:09. Tenemos un límite que ha caído. Vayamos a por el siguiente.

06 mayo 2011

Fin de semana Ciclista: Carril bici Este + Dehesa Boyal

Está costando coger el ritmo a los entrenamientos de nuevo. La verdad es que estoy bastante disperso: se me multiplican los visitas o los compromisos personales, en el trabajo hay que apretar un poco y echar más horas y además el tiempo en Madrid no está acompañando.

De todas formas, habrá que esperar todavía al mes de Junio para poder incrementar la duración de entrenamientos. El objetivo de este año es doblar entrenamientos una vez que la jornada laboral lo permita y tratar de dar otro paso adelante para mantenerlo a partir de Septiembre.

De todas formas, y aunque el tiempo no está acompañando lo suficiente, el pasado fin de semana, puente en Madrid, tuve tiempo de empezar a afinar la bicicleta. Estuve haciendo dos recorridos de más de 45 km cada uno, una sección del anillo ciclista y una salida más de MTB por la Dehesa Boyal en San Sebastián de los Reyes.

Anillo ciclista:
Este verano me he propuesto utilizar más el anillo ciclista para realizar salidas que me permitan trabajar con velocidad. Mi propósito es intentar comprobar si este tipo de entrenamiento me gusta porque es distinto de realizar salidas con la MTB, en las cuales el paisaje y la naturaleza hacen la salida más entretenida que el hecho de intentar rodar por carreteras lo más rápido posible.

La bicicleta de carretera implica circular por vías compartidas con los coches, prestar más atención a la cadencia de pedaleo y mejorar la postura que se lleva en ella. También es necesario que los rodajes sean largos, por aquello de que  el ejercicio que se lleva a cabo deja de depender de los suelos por los que se transita (Un suelo embarrado puede convertir una salida de 1 hora en MTB en una pesadilla).


El caso es que salí el sábado desde el kilómetro cero del anillo y me dirigí hacia el este. Este recorrido lo hago muchas veces para mis tiradas largas corriendo, pero nunca consigo llegar hasta el enlace con el ramal que va al parque del capricho, que tengo ganas de conocer. El caso es que el circuito se hace más que agradable hasta llegar a la zona del estadio olímpico, donde las obras han obligado a desviar su trazado, lo que implica que directamente las bicicletas tengan que circular por la calle. Además en este punto hay bastantes carencias en la señalización, algo que me hizo dudar más de una vez y no saber por donde seguir.


Una vez que se pasa esta zona de obras, el carril discurre paralelo a la M-40, en lo que es un tramo genial para rodar fuerte porque hay menos problemas con los cruces y se puede dar continuidad al ritmo. Además, el anillo recorre muchas de las calles por donde pasa la carrera de Canillejas, con lo que más o menos conseguía saber donde estaba. Sin embargo, tras cruzar la autovía de Valencia, me perdí.


La verdad es que estaba convencido de que tenía que girar hacia la derecha y, aunque no lo recuerdo, los últimos postes informativos estaban completamente borrados, por lo que no me paré a mirar el que estaba justo ahí (Lo del mantenimiento del anillo es algo que podían plantearse en serio, porque está lleno de parches por todos los lados). El caso es que después de continuar 15 minutos por Puente de Vallecas (donde tienen un amago de carril bici, que ayudó a despistarme), decidí cambiar el objetivo para entrar en Madrid por la zona de la Estrella.






La vuelta la hice por la zona del Cementerio de la Almudena (Prolongación de O'donnell) donde se rueda de manera cómoda y que además me ha servido para conocerlo y poder usarlo en el futuro. En total 45 km rodados bastante rápido.


Dehesa Boyal


El lunes 2 de mayo, mientras se celebraba el día de la Comunidad de Madrid, hicimos una salida ciclista a la Dehesa Boyal desde Las Tablas. La verdad es que aunque el día empezó nublado y amenazando lluvia (Algo que se repite en todos estos últimos fines de semana) fue una jornada de lo más agradable. Alguno hasta tiene la primera quemadura del verano...


Para llegar a la Dehesa Boyal, que está en San Sebastián de los Reyes, se coge el carril bici de la carretera de Colmenar, llegando hasta Tres Cantos para seguir en paralelo la valla del Soto de Viñuelas. Aunque el recorrido es agradable, se hace exigente en algunas cuestas, más cuando la noche anterior había llovido y el suelo estaba bastante pastoso.


Una vez que llegamos a la Dehesa Boyal, dimos una vuelta al recorrido de 6 km de la próxima Duatlon de San Sebastián (15 de mayo). Justo hace un año esta fue la primera salida con la bici de montaña en la que participé (Inicié el circuito desde allí, no estaba entonces en condiciones de hacer todo el recorrido.


La vuelta se iba haciendo pesada, sobre todo en la parte de MTB, la falta de costumbre hace que me duela la espalda por la postura y los "pedaleos de riñón", eso sí, una vez en el carril bici, el descenso hace que todo sea de lo más simple.


Otros 45 km al coleto en un fin de semana que espero marque el comienzo de la  temporada ciclista.


Nada más, que luego alguno dice que me salen los post largos, el próximo os contaré que tal me va después de la media maratón de Zaragoza que corro este fin de semana y que espero que me vaya bien. Nos seguimos leyendo.